miércoles, 8 de diciembre de 2010

Sólo siete


Desear es mucho
Y sí, respetable
Derramaré versos hasta perder mis tres ojos
Hasta que me aburra de todo al fin,
Hasta que la cordura
Acaricie mis pies y mis canas mentales.

Aquí
No hay medallas de plata
Aquí
Hay un par de codos frágiles
Y una inocencia de mármol y pintura
Llena de palomas congeladas
Y cruces desesperadas.

Lluvias sopranas
Sin cabeza y encantado
Esperar es mucho
Y sacar aire de mis labios arratonados
Es la nueva utopía frenética de diciembre.

Las balas tienen otro sentido
Para mi voz sin cardar
Los piélagos tristes
Marchitan las flores del limón
Qué romántico
Sería tener destinos y coincidencias.

Que despierten los retazos de ninfas que tengo
Para que me lancen seis manzanas del árbol
en el que creo dormitar
Tal vez despierte armagedónico
y pierdo mis ápices de nostalgia.

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