martes, 4 de septiembre de 2012

Chequén



Debí estudiar Violetero pálido
Para romper relojes
Y entregarle siempre
A sus manos anaranjadas,
La sorpresa de arrodillarme
Y asesinar los perfumes del jardín,
Porque incluso le plantaría espinos,
Derribaría condominios
y cortaría cables,
Regaría de mi cuerpo joven
Los rincones que aún faltan por ahumar,
Dividiría lo infraccionable,
Volvería a llorar para alegrar,
Levantaría lápidas,
Caminaríamos hacia atrás
Todos juntos
Hasta que yo desaparezca,
En un gemido
Amargo y arrepentido,
Para que reaparezcan las cuerdas
Las hojas, el telar,
los manjares, el adobe,
Que la añoranza no exista,
Que las biblias se quemen,
Que no existe nada
Que la señora recoja las flores
Y sólo las ponga
Sobre su mesa por empolvar.

jueves, 28 de junio de 2012

Sin resucitar, sin llorar.

Para perderme sin fondo ni camino,
Por luchar y ser víctima de los espejos
Caminar con cuidado
Para romper vasos en medio de la noche,
Y caminar cantando
Bien cerca de muertes olvidadas
También hablo de aquellas alamedas escondidas.

 Ha sido tiempo de mucha lluvia...
Tanta, que se ahogan los olivos,
Y revive el olvido
 Que entre el prado salvaje,
Madeja de reja oxidada y
 Una angustiada mujer despeinada
Me quedo con la cama de tierra,
La comodidad a quién no la necesita
Elegancia pálida y fría,
Sería el primero,
Y puede que, como dicen las fresias
Yo duerma y sólo duerma
Porque la solución es arisca
Y el fin más oscuro que la sordera
Pero ésta vez
No me esperarán manzanas maquilladas
Ni techumbres estrelladas,
La soledad lejana a conciencias
 O la lágrima que cuelga de mis ojos
Será penumbra del sentir
Y su morador, la piedra blanca sin nombre.

miércoles, 18 de abril de 2012

Hasta



A veces me gustaría
Que las palabras se desparramaran
Como un golpe al agua
A veces me gustaría
Derramarme y ser de nadie
Esconderme bajo la tierra
Y tocar sus salados corazones
Hasta secar mis riñones
Y que las piernas ya no sean
Más que un par de gotas
Retrocediendo y adelantando.
A veces desearía
Ser el hilo perdido
Y aliviado olvidarme de las pepas,
Rojizo manchado, desteñido hasta la mudez.

Si pudiera arrancarte las palabras
Para humillarme
Y ruborizar hasta vírgenes frías
Tomaría todo el juicio en grandes manojos
Para lanzarlo lejos de mí...
Si pudiera arrancártelas
Me cobijaría hasta deshacerme
Y volver al mismo vientre
Para ver si ésta vez
Conoceré la vida o la muerte,
Para ver de cuál
Me sigo quejando
Hasta que se oxiden las córneas
O renazca mi aliento a veces cansado...

La explicación explota huérfana
Para perderse en sombríos naranjos
Y en mi angustia de olas indecisas
Encontrar paz descompuesta.

jueves, 19 de enero de 2012

Volver



Me has hecho escribir
Con un golpe desde tu puño
Que desparrama lóbregos tintes.
Arrancando la indolencia de las letras
Reabriendo lo que jamás se abrió.
Vuelve la distancia a cantar
Sobre la manilla de mi puerta.

Me has hecho escribir,
Porque a veces me derramas
Y se inunda de palabras,
Mientras mis labios
Saborean frenéticos el abismo
Matero, rasposo, difuso y acromático.

Me has hecho escribir
Porque silencias a las Carmenes
Con hielos altos y grises,
Ignoras arrugas
Y vuelven las pupilas a rozar
El enfermizo suelo de preguntas.

Me has hecho escribir
Porque no crees
En los ropajes sombríos del camino recorrido
Ni en las lunas polivalentes,
Porque cubres de nada
La misma voz que te envuelve
En tu inocente y perpetua soledad.

Me has hecho escribir
Al sentir que aún no encuentro
El encanto naciente
Que aborda el silencio enmascarado.

Me has hecho escribir
Porque he vuelto a mirar
En los nidos del desvelo,
He vuelto a considerar
Los suspiros trenzados con el viento,
Y sin querer, he vuelto aquí.