Apetito

Tengo esas ganas de ser nube negra
Dejar de ser... dejarte,
Tapar tus lunas románticas lejanas
Girarte con violencia y pudor.

De ser un reflejo movedizo y tosco...
La manga mugrienta de tu chaleco,
Los pies castos sobre el barro en culpa,
Las piedras que crujen atrevidas.

Ganas de pararme sobre las púas...
Ser ritmo y aura celeste,
Desvanecerme arrepentido en el cerro manchado
Y limpiarme de vergüenza en la lluvia.

Ganas de ser, hasta anestesiarme en llanto
Mientras corren mis piernas desenfocadas
Respirando la palidez de los prados salados,
Fértiles e indestructibles, me contrastan que me matan.

¡Ay mi sur!

Ay mi sur
Que te amo tanto
Con tus flores saturadas
Derramadas en tréboles despeinados
¿Qué puedo hacer contigo mi sur?
Me seducen sus neblinas
Con su horizonte escondido
De tanta nube triste
Que cubren estas tierras maternales.

Ay mi sur...
Que descascaras la pintura
Con las enredaderas crepusculares
De las maderas mordidas por los perros
¿Qué hago yo ahora, mi sur?
Si tus lagos azulinos y verdosos
Me abrazan fresco y triste...

Triste, ay mi sur...
De tus vientos porfiados
Que deshojan insensibles mi corazón...
Ay que dolor mi sur
Cuando elevas volantines de polvo
Y se estrellan en mi boca...

Estoy triste,
Y triste te amo, mi sur.

Condensado

Convulsión verbal interior, ahogada y ebria
De tanto mar verde envioletado...
De cielos fragmentados toscos y frenéticos
Deseando saborear ácido y dulce,
Entre carcajada y arcada manchada.

Ríe con burla y asco
De los crepúsculos cítricos que me regalaste,
Envueltos en una rosa de rieles y telares oxidados...
Lame los rieles junto a los puertos
Incendia los telares
Con el tabaco parchado y palpitado.

Hundido en el respiro
Enredado entre cruces, coronas y espinas
Te espero sentado sobre lo opuesto e intranquilo
Aprendiendo a tocar las cuerdas castas
Y botar mi tiempo roto, otro día para tí.

Retrátame en mortajas blanquecinas
Áspero y espeso de andar
De ojos marchitos, me diste la sed
De risas divididas, quiméricas
Del silencio, del lamento...
Con fuerza y fragilidad.

Muy nada

Muy nada
Muy nada
Me quedo con la metáfora rara
De ojos mojados
De los labios secos
Y del pie asustado,
De mirar
Y no confiar
Muy nada de nada
Por tanta cosa...
Que la mano marcada
Que la voz
Que los ojos de vidrio
La locura en las piernas
Picazón nerviosa con relieves tristes.

Época de las manzanas
Trasplántame mejor el árbol
Y haga una rica tarta
Háblame incontinente
Que con el silencio haz invertido suficiente.

Cobranza (censurado)

¿Qué me debes tú?
Un verano sin canciones tristes
Millones de máscaras pequeñas invernales
También miles de cigarros desesperados,
Una mirada entristecida de domingo
Soledades juguetonas que se enredan,
Sueños de ojos abiertos
Azúcar por toneladas
Y varios tarros de café cargado...
Un cuaderno lluvioso y ahora rajado,
Hojas del calendario que tengo guardadas
En la espera de nada...
Me debes cientos de andanzas agrias
Un par de ojos orbitados y reutilizables,
Me debes la angustia de las radios,
Dos botellas de vino,
Innumerables lamentos y pensamientos.
Tengo el tiempo entre las manos como agua…
Debes el verso como respiro
Ahora, un libro y días de inercia matutina,
Un par de oídos me debes
También, vivir más de un año en rutina,
Y no olvides
Los suspiros ahogados sobre el sillón,
Y las curaciones con algodón...
Una deuda de tiempos verbales disfrazados
Escondites, fracasos y alegrías artificiales,
Lunas lejanas, ciegas y mudas,
Me debes la música de los colectivos y las micros,
Un viaje indeseado y desconocido,
La costa calurosa y abatida,
¿Qué me debes?
La locura y el temor.

Gracias Violeta

Destino tragicómico de lana...
Y el beso a la distancia de amaretto
En la bohemia naciente de tus ojos.
El atardecer oxidado de los rieles
Enfermo anhelo de aplausos mentales,
Asqueroso kilometraje y mudez.

Áspera Señora de las Manzanas;
¿Tiene usted lo mismo que todos por dentro?
¿Al cantar?
¿Al tejer?
¿Al besar?

...

La gente ha desaparecido
Entre la arquitectura encefálica
Y la sicodelia artificial de las calles,
Para aspirar el acrílico convulsionante
Aclarar la noche abismal céntrica, carente
De música
Y de luz. (Gracias Violeta)