martes, 18 de agosto de 2009

Altar de piedra


"Era una mujer que quedó viuda joven dicen, no se le conocieron hijos de carácter muy alegre. Animaba fiestas y veladas con canciones las que acompañaba con su guitarra que la hacía hablar. Por eso era llamá pa’ los matrimonios, pa’ los bautizos y velorios, contaba cuentos muy lindo y tamien sabia rezar. Era busca’ pa’ rezar los novenarios.

En una fiesta conoció a un ajuerino, hombre joven naita ‘e mal parecido y gueno pa’ tañir la guitarra. Y en una d’esa entablaron amistad. Pasaron un guen tiempo junto hasta que d’un repente nadie supo ma del ajuerino.

La viuda tenía una higuera en el sitio de atra ‘e la casa y dicen que toas las noche s’iba a tañir la guitarra y a cantar bajo la higuera, pa’ ver si el ajuerino la podía escuchar, pero pasó el tiempo y na’, esta pobre mujer se fue envejeciendo, ya no iba onde la llamaban, se jue encerrando en su casa . Dicen que la ultima ve que la escucharon cantar jue pa’ un 23 de junio, al otro día pa’ San Juan, la encontraron muerta debajo ‘e la higuera con la guitarra en la mano.”


Las loceras de Quinchamalí la retratan en forma de cántaro, toda vestida de negro con su guitarra en los brazos..

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