jueves, 7 de marzo de 2013

Caballerito que sedujo a su espejo.



No es mi intención ser autorreferente,
Para usted,
Caballerito que sedujo a su espejo:

Me paré a cantar
La triste canción que desafina
Entre el humo que no pudiste evitar,
Y silenciosas botellas.
La rabia me regeneró la lengua,
Ahora pálido corriendo
Entre el viento
Toqué las cuerdas flojas
De la guitarra solar
Entreabierta, desgraciada, moribunda.
Saqué los pasajes
Para el resto de los tejidos circulares,
Y me vestí de verso
Ante orejas militarizadas y enfermas,
Grité
Hasta separar los rieles del camino,
Y encanté a las gaviotas sin lluvia.
Adorné insolente las estaciones
Sobre mi quebrado cuerpo,
Raspé frenético mis rodillas nocturnas,
Me tragué indiferente
El micrófono de mi desgracia.
Desperté entre tus pies,
Monosilábico, surrealista...
Quizás futurista.